martes, 5 de abril de 2011

COMPRO (PRIMERA PARTE)





COMPRO se dividirá en tres posts. Aunque los posts de INERCIA suelen tener una dimensión bastante larga, he preferido centrar la atención del lector en tres reflexiones por separado, con el objetivo de profundizar en cómo se verá alterada nuestra forma de comprar en los próximos años. Espero que disfruten.

EL ORIGEN

Esta semana se han cumplido 50 años desde que un ser humano salió por primera vez al espacio. El 12 de abril de 1961, el cosmonauta soviético Yuri Alexeievich Gagarin, fue el primer ser humano que viajó al espacio en la nave Vostok 1. Tan solo 4 años antes, el 4 de octubre de 1957, la Unión Soviética, puso en órbita desde el Cosmódromo de Baikonour, el primer satélite artificial de la humanidad, marcando con ello un antes y después de la carrera espacial. Su nombre, el Sputnik 1.

Parte de lo que vino a continuación ya lo conocen, así como los diferentes tipos de satélites que existen en la actualidad: armas antisatélite, satélites astronómicos, biosatélites, estaciones espaciales, satélites meteorológicos, satélites de comunicaciones, etc.

En este etcétera, también se integran los satélites de navegación, que utilizan señales para conocer la posición exacta del receptor en la tierra y que nacieron con claro objetivo militar. Este tipo de satélites, engloban el denominado Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS, en su acrónimo inglés). El GNSS es una constelación de satélites que transmite rangos de señales utilizados para el posicionamiento y localización en cualquier parte del globo terrestre, ya sea en tierra, mar o aire. Estos permiten determinar las coordenadas geográficas y la altitud de un punto dado como resultado de la recepción de señales provenientes de constelaciones de satélites artificiales de la Tierra para fines de navegación, transporte, geodésicos, hidrográficos, agrícolas, y otras actividades afines.

Un sistema de navegación basado en satélites artificiales puede proporcionar a los usuarios información sobre la posición y la hora (cuatro dimensiones) con una gran exactitud, en cualquier parte del mundo, las 24 horas del día y en todas las condiciones climatológicas.

En síntesis, el GNSS es un término general que comprende a todos los sistemas de navegación por satélites, los que ya han sido implementados (GPS, GLONASS) y los que están en desarrollo (Galileo).

Actualmente, el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) de los Estados Unidos de América y el Sistema Orbital Mundial de Navegación por Satélite (GLONASS) de la Federación Rusa son los únicos que forman parte del concepto GNSS. El GPS funciona mediante una red de 24 satélites en órbita sobre el globo, a 20.200 km, con trayectorias sincronizadas para cubrir toda la superficie de la Tierra.

En desarrollo se encuentra Galileo, que nace de la Unión Europea y la Agencia Espacial Europea. Ambas acordaron desarrollar un sistema de radionavegación por satélite de última generación y de alcance mundial propio, que brindara un servicio de ubicación en el espacio preciso y garantizado, bajo control civil. Galileo busca evitar la dependencia de los sistemas GPS y GLONASS. Comprende una constelación de 30 satélites divididos en tres órbitas circulares, a una altitud de aproximadamente 24.000 Km, que cubren toda la superficie del planeta. Éstos estarán apoyados por una red mundial de estaciones terrestres. El primer satélite fue lanzado el 28 de diciembre de 2005 y se espera que el sistema esté completamente operativo en 2014.

Y después de toda esta descripción galáctica y numérica, se preguntarán, ¿qué relación guarda con la palabra COMPRO? ¿Qué sentido tiene entrelazar a Yuri Alexeievich con el poder de compra?

Ruego esperen unos instantes a conocerlo.

Existen ciertas dudas de quién fue realmente el primer autor que hizo una representación ficticia conocida sobre un satélite. Curiosamente, no fue ni Julio Verne ni H.G. Wells, padres de la ciencia ficción. La duda está entre Konstantin Tsiolkovsky o Edward Everett Hale. Tsiolkovsky escribió en 1885 "Sueños de la Tierra y el Cielo", y describía cómo un satélite podía ser lanzado dentro de una órbita de poca altitud. Everett, escribió en 1869 el cuento The Brick Moon (‘la luna de ladrillos’) y hacia una descripción bastante semejante a la de Tsiolkovsky.

Entre ambas publicaciones estamos hablando de unos dieciséis años de diferencia, y también es extremadamente curioso y coincidente que en aproximadamente dicha etapa, en 1869, Julio Verne lanzó su novela "Alrededor de la Luna" ("Autour de la lune"). Era una novela del escritor francés que aparecía de manera seriada en el "Journal des débats politiques et littéraires" desde el 4 de noviembre hasta el 8 de diciembre de 1869, y de manera íntegra el 13 de enero de 1870. También fue publicada en un solo tomo con "De la Tierra a la Luna" el 16 de septiembre de 1872. Narra una historia que se describe con lujo de detalles las peripecias de los tres exploradores Barbican, Nichols y Ardan, que viajan a la Luna en una bala de cañón hueca, y cómo logran regresar a la Tierra.

Cien años después, dio a luz el primer sistema de navegación por satélites que llevaba por nombre Transit, un sistema desplegado por el ejército de Estados Unidos en los años 1960.

Desde entonces, hemos visto como los satélites de navegación nos traían al mundo real y a la ciudadanía un primer objeto singular, el GPS. Hasta hace unos años, era una herramienta perfecta para desplazarnos en coche de un lugar a otro evitando perdernos con asiduidad. Posteriormente, el GPS fue complementándose con no sólo la disposición de las carreteras o autopistas, también nos empezaba a indicar estaciones de servicio cercanas. Después prosiguió con Restaurantes cercanos a nuestro destino o al lugar dónde nos encontrábamos en ese momento, y posteriormente se agregaron servicios de hospitales, lugares de reposo, lugares turísticos, etc…

Inicialmente el GPS fue exclusivamente para algunos privilegiados o algunas marcas de vehículos Premium que ya lo llevaban integrado. Hoy el GPS es prácticamente gratuito, y ha provocado un cambio radical. Ya no en el vehículo, sino en nuestro móvil.

Una vez superadas las barreras del marco regulatorio y de los excesivos costes que comportaba a las operadoras y al usuario final, han dejado de existir fronteras a la imaginación. La geolocalización, nuestro primer elemento ha dado su pistoletazo de salida.

En un entorno móvil como el actual, aprovechar el valor de la ubicación geográfica se ha convertido en una herramienta clave para sacar rendimiento a información que puede ser de vital importancia tanto para las compañías como para el usuario-cliente. Las posibilidades de la geolocalización son muy diversas. Según el Instituto Cartográfico Nacional, el 80% de la actividad humana requiere conocer su posición sobre un mapa.

Las necesidades de los servicios de posicionamiento geográfico han dado lugar a una explosión de los lanzamientos de satélites a corto y medio plazo. En los próximos 10 años está previsto que se lancen unos 230 nuevos satélites comerciales al espacio.

Pero, ¿alterará mi forma de comprar? ¿Serán las redes sociales basadas en la localización el próximo gran fenómeno?

Sólo mencionaré una cosa, “si todavía está comprando en tiendas físicas, pagando por los precios que marcan las etiquetas, paseándose en busca de la prenda o objeto deseado por los bulliciosos centros comerciales, diría que o le gusta exhibirse y pasearse, o en la mayoría de casos puedo afirmar que está perdiendo dinero y tiempo”

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