domingo, 22 de mayo de 2011

OBSERVO




"Nuestros ojos ya no serán nuestros ojos"



Finalizaba mi último post, titulado COMPRO, pronunciando la frase ‘imagínense todo lo que está por llegar’, haciendo referencia a cómo el cocktail explosivo de la combinación de Realidad Aumentada, Geolocalización y Compra Colectiva afectaría al hábito de compra . Algunos lectores me comentaron que mirase de ofrecer mi visión más allá de las fronteras del consumo, que diera mi punto de vista y perspectiva de cómo este cocktail, con la totalidad de sus ingredientes o parcialmente, podrá afectar a nuestras vidas más allá del poder de compra.



Es difícil realizar una predicción de cuantos cambios vamos a sufrir en nuestra vida cotidiana con el uso de estas nuevas tecnologías, pero diría que sí existen algunos indicios, algunas bases o pilares, que nos permiten dibujar algunos escenarios posibles, así como cifras alrededor de esta industria que empiezan a escandalizar por su rápido ascenso. Parte de estos escenarios de futuro, ya lo reflejé en el post ENTRETENME o en el propio COMPRO.



También debo decir que estos cambios venideros, no serán tan radicales a corto plazo como para condicionarnos replanteamientos de hábitos. Siempre tendremos la posibilidad de elegir si queremos utilizar o no dicha tecnología, o decidir si querremos continuar observando nuestro alrededor de la misma forma que lo hacíamos: haciendo turismo leyendo nuestra guía, comprando ropa de la forma tradicional y simplemente mirando los escaparates o seleccionando un restaurante al azar, nada nos impedirá mantenernos en nuestros orígenes de nostalgia. La clave no está en cuánta tecnología o información tenemos a nuestro alcance, sino cuanta de ella nos hace la vida más fácil. Como decía el escritor y periodista Josep María Espinàs en una columna reciente de El Periodico, haciendo referencia a que todavía continua escribiendo con máquina de escribir: “No necesito ordenador. Eso es todo. Creo que es sabio no tener lo que no se necesita.”, espléndida frase, cuantas veces hacemos caso omiso a dicha afirmación, simplemente tener lo que no necesitamos.

Pero si verdaderamente queremos empezar a introducirnos en este viaje de descubrimiento, no necesitamos nuevos paisajes como decía el escritor Marcel Proust, necesitamos nuevos ojos, necesitamos una nueva manera de observar y de percepción.

UNA NUEVA VISIÓN

Continuando con el anterior post, comentaba la visión de Michio Kaku o Ray Kurzweil sobre la utilización de los cristales de las gafas o incluso unas lentillas que servirían de pantallas para completar la información que el mundo real transmite. No estamos hablando de una futura visión, sino de una realidad.

Un grupo de ingenieros, encabezados por Babak Amir Parviz de la Universidad de Washington ya presentó en el 2008 una versión inicial en la Conferencia internacional sobre sistemas mecánicos microelectrónicos, denominándolo Bionic Eye. Estaríamos hablando de las primeras lentes de contacto electrónicas, compuestas por un circuito electrónico y varios diodos LED emisores de luz.




Según sus creadores, el dispositivo tendría múltiples aplicaciones. Por ejemplo, los videojuegos podrían incorporar las lentes de contacto para que los jugadores se introdujeran completamente en los mundos virtuales sin necesidad de estar inmovilizados y, para las comunicaciones, la gente podría navegar por Internet mientras camina, en una pantalla virtual que verían sobre cualquier fondo, y que nadie más podría ver al estar situada dentro del ojo.

Parviz señala que se podrían encontrar muchas más aplicaciones, en las que los ingenieros ni siquiera han pensado, porque sus esfuerzos se dirigen sobre todo a poner a punto la tecnología básica, y asegurarse de que ésta funcione y sea segura.

A pesar de los avances que se llevan desarrollando en esta materia en estos últimos tres años, hasta llegar a su comercialización a gran escala todavía estamos en vías de desarrollo. Mientras llega, tenemos la nueva generación de móviles que incorpora pantallas 3D y con visor de Realidad Aumentada, entre ellos el nuevo móvil Android LG Optimus 3D.

No sólo será el primer móvil con cámaras 3D y pantalla 3DS sin gafas, sino que será el primero en salir con un visor de realidad aumentada tridimensional que en principio será exclusivo para LG en sus primeros meses de lanzamiento.

Con esta terminal, empezaremos a tener una visión de lo que acontece a nuestro alrededor con una gran capa de información complementaria. No sólo podremos observar qué comercios, entidades bancarias o amigos tenemos a nuestro alrededor en 3D, sino adentrarnos en cada uno de los mundos y observar qué valor nos ofrecen.




La imagen del nuevo LG que muestro, nos ofrece algunas pistas de cómo tendremos una visión diferente de nuestro entorno: un lugar donde dispondremos de acceso WI-FI gratuito, dos establecimientos donde podremos comer pizza o hamburguesa y ver qué recomendaciones tienen, un amigo nuestro que está conectado a Twitter, el National Museum con toda su información o incluso hacia donde se dirigen los dos autobuses que tenemos en su imagen y cuánto tardará el siguiente en llegar.

Ahora bien, ¿Qué encontraremos en él que nos induzca a cambiar nuestros hábitos? En primer lugar, opciones que se integrarán como las de Groupon Now –actualmente en pruebas exclusivamente en Chicago y pendiente de extenderse a todo el mundo-. El gigante de compra colectiva ha lanzado su nueva iniciativa que se dedica a emitir ofertas en nuestro móvil dependiendo del lugar donde estemos. Ofertas que perecerán en unas pocas horas.




Por decirlo de alguna manera, en la imagen superpuesta de la pantalla del LG, observaremos también las ofertas que tiene GAP (en el lado derecho de la fotografía) y que finalizan en menos de una hora y que llegan hasta un 70% de descuento. Se preguntarán, ¿pero esto mismo no lo puede mostrar el escaparate? Podría hacerlo, pero la clave está en que no sólo la pantalla del LG nos ofrece las ofertas que tenemos del comercio GAP, también lo hará de Calvin Klein que estará a 100 metros, de Dolce Gabbana que estará a 150 metros o de Victoria Secret a 200 metros. Y así sucesivamente irá cambiando nuestro entorno.


Observaremos si nos interesa entrar en el National Museum, ya que tendremos posibilidad de observar algunas de sus exposiciones itinerantes desde nuestro móvil, y escuchar qué representa cada una de las obras expuestas, datos del pintor o escultor, vida que llevó y qué le inspiraba la obra.


Según nos vayamos acercando a alguno de los monumentos más representativos de la ciudad iremos escuchando su historia, cómo lo crearon, y qué otras obras del autor existen en la ciudad, etc…


Todo lo detallado hasta el momento es una realidad que estará disponible en pocos meses, diría que en menos de un año. La combinación de todos estos elementos con las aplicaciones (Apps) que hoy en día ya podemos tener en nuestro smartphone pueden ser determinantes para pensar en un escenario paralelo, y si no valórenlo y júzguenlo por ustedes mismos en cómo me imagino cualquier día de la próxima semana con las apps disponibles en mi dispositivo:


¿REALIDAD O FICCIÓN?


Me desplazo de Madrid a Barcelona en coche. Al no disponer de GPS en el vehículo, utilizo mi iphone para dicha función. Necesito repostar, y no lo hago en cualquier estación de servicio, con la app GasAll, encuentro la gasolinera más cercana y con el combustible a mejor precio. Al llegar a Barcelona, estaciono el coche ligeramente retirado del centro de la ciudad. Para recordar su ubicación, utilizo la app CarFinger, que me indicará a posteriori donde tengo aparcado el vehículo y cómo llegar a él. Necesito desplazarme al centro de Barcelona para mantener una reunión. Como exactamente no sé mi proximidad, utilizo la app de Transports Metropolitans de Barcelona que incorpora realidad aumentada, por lo tanto voy viendo mientras camino que opciones de transporte público son más idóneas para mi lugar de destino así como cuánto tarda el autobús que debo coger. Una vez relajado en el autobús, voy escuchando el Podcast del último programa de Redes de Eduard Punset. Si alguna de las ideas del programa me interesa, la anota en la Moleskine instalada en mi iphone, o si es un fragmento muy extenso, grabo una parte.


Llego a mi destino, tal vez con demasiada antelación, miro en Foursquare o Layar alguna promoción cercana de desayuno, encuentro un local a cien metros, con recomendaciones interesantes de su American breakfast, y opiniones positivas de un amigo mío que estuvo hará dos semanas. Aprovecho para leer un diario económico, ya que en el autobús me ha dado tiempo para mirar las apps de los diarios Expansión, La Vanguardia, USA Today y Time. En una de las hojas del diario, veo un artículo interesante, lo fotografío con la app Genius Scan, que me la almacena en una resolución idónea para su lectura.




Salgo de la cafetería y me dirijo a mi reunión matutina. Subiendo el ascensor de la compañía, miro la orden del día de la reunión en mi móvil. Una vez en la reunión con el cliente repaso los puntos a tratar directamente desde mi móvil, y voy tomando nota de algunas cuestiones con el teclado flexible bluetooth que llevo conmigo.


La reunión ha sido satisfactoria. Tengo todavía tiempo hasta la siguiente reunión. Aprovecho la cercanía de El Corte Inglés, necesito comprar un CD para regalo. Mientras subo las escaleras mecánicas del centro, escucho una canción en el hilo musical del local que desconozco pero que me gusta. Activo la app de SoundHound y en siete segundos me detecta su título. Tengo la posibilidad de comprarla en iTunes o incluso de escuchar su letra.


Una vez llego a la sección de Opera donde se encuentra el CD que busco, cojo el CD y escaneo con mi smartphone su código de barras a través de la app ShopSavvy. El móvil me dice que en el FNAC que está a 600 metros tengo el mismo CD en promoción y 8 euros más económico. No me da tiempo, decido comprarlo igualmente. Me viene a la memoria que debía comprar otro producto en dicha sección, miro la app iLista y es cierto, debía comprar otro CD.


Una vez realizadas ambas compras, me desplazo a la siguiente reunión. Me comunican que el cliente tardará en llegar unos quince minutos, así que para desconectar brevemente, me dedico a jugar a la app Paper Toss, un juego que simplemente consiste en lanzar papales a una papelera. Dicho juego, con un precio de 0,99 dólares lleva 22 millones de descargas y ha estado recomendado en Facebook casi quince millones de veces.


Al salir de la reunión, y ya llegado el mediodía, debo llamar al cliente con el que he quedado para comer para confirmar la cita. Busco en las apps de Restalo, Atrapalo y ElTenedor qué mejor oferta tengo. Encuentro un restaurante de cocina creativa con su menú degustación al al 50% de descuento. Reservo automáticamente y le reenvío con la misma aplicación el lugar y hora al cliente.


Mientras tanto, recibo una alerta de Starbucks notificándome una nueva clase de café que han sacado al mercado, y que puedo degustarlo a 300 metros de donde estoy. Miro el reloj, queda tiempo, me vendrá bien un lugar físico para trabajar.


Ya en Starbucks, caigo que no tengo todavía reserva para pasar la noche. Miro la app de Sol Melia así como la de Booking.com, Trivago o Hotels.com. Encuentro una oferta de un cuatro estrellas por la zona a 50 euros y recién inaugurado, perfecto. Paralelamente, aprovecho para mirar emails. Recibo un documento en pdf, lo miro con detalle.

Finalizo algunos temas en la cafetería (Starbucks es de todo menos una cafetería) y me desplazo a mi almuerzo, al llegar un poco antes de lo previsto, decido mirar la carta de cocteles. Al no indicar mucho detalle, consulto mi app de Yo:Barman y decido pedirme uno sin alcohol pero con una combinación interesante. Nos disponemos a comer y me acercan la carta de vinos. Selecciono uno pero dudo de la calidad de la añada indicada, así que miro la app Añadas para teóricamente garantizar el éxito. Excelente. Decido fotografiar la etiqueta para recordarlo, con la app Wine Notes puedo anotar otros aspectos del vino, más allá de su etiqueta.

Continúo después de la comida con diversas reuniones. Son las 18:30h y hasta las 21h que tengo nuevamente una cena, decido mirar la app del Museo Picasso para ver las obras destacadas de la exposición temporal y decidir si me acerco nuevamente a visitarlo.

Después del tour por el museo, me retiro al hotel a finalizar algunas reflexiones. Entre tanto, realizo el mismo proceso anterior para reservar restaurante para la cena que tendré con un amigo. Ahora toca un japonés. Nuevamente llego con antelación, y alineado con el entorno y ya con ganas de desconectar, me pongo a jugar con la app de Sushi Chain que lleva por objetivo y según unos ingredientes que te muestran, ir preparando los diferentes platos para los comensales sin que estos lleguen a enfadarse. Debo parar la partida, llega mi amigo. Observo en la carta nuevos platos, así que miro la app Sushionary que me va informando del contenido de cada nuevo plato. Bromeamos, reímos y hablamos de sentimientos y emociones, ambos aspectos –por suerte- todavía lejanos a la tecnología.

Llego al hotel, toca descansar, quiero ver las noticias pero el televisor no funciona, seguramente la instalación todavía no está testeada, evito reclamar. Miro en el iphone la grabación de la última edición de las noticias de TVE, me quedo dormido, todavía se hace complicado ver más de cuatro minutos en una pantalla de 3,5 pulgadas.

Duermo, descanso, sin haber vivido ningún sueño durante el día, ¿Realidad o Ficción? Para nuestra suerte, todo certero, posible a día de hoy desde cualquier smartphone. ¿Se atreven a probarlo?.

“La ciencia no sirve sino para darnos una idea de cuan vasta es nuestra ignorancia”, Félecité de Lamennais (1782-1854) Escritor religioso francés.

jueves, 21 de abril de 2011

COMPRO (TERCERA PARTE)





COMPRO se dividirá en tres posts. Aunque los posts de INERCIA suelen tener una dimensión bastante larga, he preferido centrar la atención del lector en tres reflexiones por separado, con el objetivo de profundizar en cómo se verá alterada nuestra forma de comprar en los próximos años. Espero que disfruten.



LA REPERCUSIÓN

Javier de las Muelas, creador de una de las coctelerías más emblemáticas de España, el Dry Martini, reconocida eminencia y gurú internacional del mundo del cocktail, decidió hace tiempo que la experimentación y la innovación eran necesarias para algo tan sencillo y a la vez complejo como el mundo del cocktail, donde existe muchos entendidos pero pocos expertos.


De aquí que hará aproximadamente un año traspasara las fronteras de los licores y destilados, y empezara a introducir ingredientes poco habituales o insospechables de combinar como la cerveza o incluso el café. En uno de sus cócteles con cerveza, incorpora incluso oro comestible. Tuve la suerte de probarlo hace un año, y la verdad es que es digno de mención.


No sólo en los ingredientes ha estado su innovación, sino en su formato y en la forma de tomarlos, incorporando también la posibilidad digerir algunos de ellos con cuchara (Spoon Martinis).

Con el cocktail (Realidad Aumentada+Geolocalización+Compra Colectiva) que les avancé en mi anterior post sucede lo mismo: ingredientes de conjunción inicial impensable que acabaran produciendo resultados extraordinarios.


No estamos hablando de una extensión más en la compra electrónica, y debo reconocer que tampoco estoy hablando de una tecnología que puede cambiar nuestra forma de vida, decirlo por mi parte sería muy atrevido, pero sí considero que estamos ante un posible cambio en el comportamiento futuro de cómo compramos y de nuestra filosofía del consumo.


Los outlets on-line como Privalia o BuyVip, se posicionaron hará seis años como clubs de ventas privadas que te ofrecían grandes descuentos de primeras marcas de moda, zapatos, bolsos o complementos. A pesar de llegar a descuentos del 70%, la mayoría de las iniciativas se han tenido que reconvertir. BuyVip fue adquirida por Amazon y Privalia está alineada con Groupalia, recuerden ‘filosofía colectiva’. ¿El motivo? Bueno, diría que varios, pero uno importante: en la mayoría de casos compramos por impulso. Lo vi, me gustó y lo compré. Pero además, necesitamos la ‘presión’ sobre la compra. El éxito de la compra colectiva, más allá de sus precios, recae en que sólo tenemos 24 horas para adquirirlo. Ahora o nunca.












Ahora imagínense esto mismo, pero mientras paseamos. Nuestros ojos ya no deberán estar centrados en los escaparates, podremos ir con nuestro Smartphone enfocándolo por dónde estemos caminando y nos irá indicando qué ofertas y promociones tenemos a nuestro alrededor, qué opiniones existen por cada lugar de compra y cuantos amigos de nuestra red social tenemos cerca que estén interesados en lo mismo.



Este proceso servirá tanto para si deseamos elegir un restaurante que tengamos cercano y comer cocina creativa (ElTenedor, Restalo o Atrápalo ya nos lo ofrece con sus Apps actuales), realizar compra de algunos artículos singulares (Foursquare además permite conocer los tips de la tienda), ver qué ofertas recibimos de nuestra entidad bancaria (Facebook Places está en ello y La Caixa ha creado una aplicación en la que enfocándolo a la calle donde nos encontremos nos muestra las sucursales más cercanas y donde se encuentran), tomar un café con una oferta 2x1 (el mencionado Starbucks), ver en qué bar cercano nos ofrecen la cerveza que más nos gusta (Heineken ya está trabajando para que podamos identificar los locales donde esta se puede comprar o consumir y como llegar a ellos). También podríamos conocer las ofertas del supermercado más cercano y ver qué producto con una promoción del 70% se agota en 2 horas o detectar qué teatro o cine tiene un pase especial con un elemento descuento, y no nos importará desviarnos 500 metros de nuestro recorrido si la oferta vale la pena.


La geolocalización favorecerá enormemente una necesidad que cada día se hace más necesaria: el poder pasar de una relación virtual en las redes sociales a un contacto cara a cara si así se desea. El propio Google ha confirmado que el servicio Street View ofrecerá imágenes de las calles, incluso puede que en tiempo real, con información superpuesta de los distintos comercios y locales. Se indicarán precios de los productos y servicios, plazas disponibles en hoteles y restaurantes, etc. Por el momento, además de las comentadas, la aplicación para iPhone Wikitude ya cumple con estas funciones en cuanto a hoteles y restaurantes.


Las calles nos cuentan muchas más cosas de las que vemos. Las calles, en efecto, están llenas de datos, de repente accesibles a través de la Realidad Aumentada y la Geolocalización, una tecnología que crece y se multiplica rápidamente y que se verá favorecida porque en dos años habrá 21 millones de smartphones en España, un 50% del total de teléfonos móviles.

























Con el cocktail explosivo, las marcas de moda también tendrán un gran reto y un abanico de oportunidades. Podremos ir viendo las diferentes ofertas en trajes, camisas, vestidos, bolsos, complementos, etc… mientras nos acercamos a ciertos metros de las tiendas. Incluso una vez dentro del comercio, nuestra forma de probarnos la ropa se verá alterada, tal y como se observa en los dos siguientes vídeos.











Adidas





Este último, pertenece a la presentación que hizo Adidas el pasado 11 de enero en la National Retail Federation´s Convention 2011 de Nueva York. El AdiVerse Virtual Footwear Wall nos ofrece un escenario de cómo ponen a disposición de los clientes una gama de 8.000 zapatillas de la marca en un único escaparate. El muro reacciona ante la proximidad de un consumidor y, en base a la identificación de su sexo, le muestra una serie de recomendaciones.

El público puede mover a su antojo los modelos virtuales de zapatillas -rotarlos, ampliarlos, minimizarlos- y obtener información sobre las tallas disponibles en la tienda, los precios, los colores, el tipo de superficie sobre el que se puede utilizar cada modelo, la tecnología de fabricación y uso... Además, el muro proporciona toda la información sobre las acciones de marketing de la marca, así como el ruido que ésta genera en las redes sociales.
Una vez elegido el modelo a su gusto, el cliente puede proceder a la compra a través de un iPad. "Hemos facilitado el camino a los comercios pequeños", explicaba Chris Aubrey, director de marketing de Adidas.

Si continuamos observando casos de Realidad Aumentada, Tissot, pionera en la venta de objetos de lujo en la Red, también permite al cliente poder probarse sus diferentes modelos, en este caso sin salir de casa y con la simple ayuda de una webcam. En esta misma línea, y como podemos ver, la reconvertida marca Ray-Ban también nos permite ver cómo nos quedarían sus líneas de gafas.





UN FUTURO CERCANO



















No estamos hablando de apuestas futuras, o de ciencia ficción, son realidades ya existentes en el mercado. No estoy mencionando visiones posibles a 20 años, o aplicaciones que impliquen un gran cambio tecnológico, repito, la tecnología la tenemos, falta la actitud y la divulgación.

En octubre del año pasado, el conocido Dr. Michio Kaku, reconocido como uno de los físicos teóricos más importantes del mundo, así como uno de los mayores divulgadores científicos de la actualidad, realizó en Madrid la conferencia The next 10 to 20 years into the future.

En sus planteamientos y exposiciones, habló de la conexión real entre la nanotecnología y la Realidad Aumentada. Pero sobretodo, sirvió para para comprobar que la tecnología que hasta hace muy poco era considerada como algo futurista está actualmente o en investigación o incluso en pruebas. Según él, la Realidad Aumentada será la palanca que impulse al ser humano a una sociedad repleta de conocimientos. Sin necesidad de alterar su cuerpo, solamente con una conexión a Internet, se tendrá acceso a toda la información tanto para el aprendizaje, como para el trabajo o para el ocio.

En 10 o 20 años, contaba el profesor Kaku, los cristales de las gafas o incluso unas lentillas servirán de pantallas para completar la información que el mundo real transmite. Afirmación que observamos también de Ray Kurzweil en el post 2030 y que yo mismo ratifico que será una realidad cercana. En el futuro dudo que sujetemos un el móvil en el aire como ahora, probablemente utilizaremos gafas para tener una experiencia más inmersiva.

Continuando con la visión de Kaku, un turista viajará a Roma y podrá ver a las legiones luchando o las viejas construcciones. Por otra parte, servirá como complemento a la información personal, ya sea para subtitular a tiempo real a personas que hablan en otra lengua o para recordar, mediante reconocimiento facial, de qué y cuándo conoces a esa persona que te está saludando y que no ubicas exactamente. Sin olvidar la enorme cantidad de usos militares, como por ejemplo para los pilotos de avión, que podrán ver efectivamente en 360º.

Imagínense todo lo que está por llegar.


“Dueños de sus destinos son los hombres. La culpa, querido Bruto, no está en las estrellas, sino en nuestros vicios”. William Shakespeare (1564-1616) Escritor británico.

lunes, 18 de abril de 2011

COMPRO (SEGUNDA PARTE)





COMPRO se dividirá en tres posts. Aunque los posts de INERCIA suelen tener una dimensión bastante larga, he preferido centrar la atención del lector en tres reflexiones por separado, con el objetivo de profundizar en cómo se verá alterada nuestra forma de comprar en los próximos años. Espero que disfruten.


LA SEDUCCIÓN




Tengo una lista de tendencias-conceptos-sectores que posiblemente me equivoque, pero existe muchos números que triunfen, no todas obviamente, existen escenarios inciertos y muy condicionados por el entorno. Algunos de los que he denominado 30 List, son extremadamente obvios en su capa inicial: la nanotecnología, los videojuegos, la industria 3D, Wellness, Futbol, Brasil, Eco-world, Social Media, telefonía móvil, etc… así hasta treinta que componen mi lista. En estos, la clave estará en superar la primera capa y rascar un poco más para detectar las verdaderas oportunidades, que puedo garantizar que existen.




En 30 List, como se imaginarán y como continuación del anterior post, existe uno por el que haría una apuesta fuerte: la geolocalización. Y otro todavía más fuerte: la realidad aumentada.



Centrémonos inicialmente en el primero, el segundo formará parte del siguiente post. Actualmente en el mundo están accediendo como usuarios habituales a servicios de geolocalización cerca de 500 millones de personas. Considero que el boom de la telefonía móvil, será un factor que ayudará a que esta cifra se triplique en los próximos cinco años. Cuando hablo de geolocalización, lo digo como término que hace referencia a conocer nuestra ubicación geográfica automáticamente. No nos engañemos, la geolocalización es un medio, es una tecnología, no el fin, de aquí que ya empieza a estar extendido el concepto de geomarketing, que como se pueden imaginar no es otra cosa que el marketing unido a la ubicación exacta de dónde estamos. Estimamos que la geolocalización favorecerá la aparición de un nuevo y gran catálogo de servicios y oportunidades de marketing mucho más focalizadas y por tanto, efectivas. Foursquares y Facebook Places ya están posicionándose.



Si además, unimos la geolocalización con la realidad aumentada, que dará toda clase de información sobre el mundo que nos rodea en tiempo real, nos encontramos en el escenario idóneo para disparar la imaginación. Ya estamos muy cerca y nunca mejor dicho. Básicamente buscamos descubrir qué tenemos cerca, y dependiendo de dicho escenario, decidimos si compramos. Me fascina tanto la promesa como la actual realidad palpable. Quiero saber qué tengo cerca que me interese, pero primero que me llene, que me genere curiosidad-necesidad y ‘te daré’ aceptación. Quiero que me convenzan, y decidir qué hacer. Esto ya es una realidad, y lo verán muy claro en el siguiente post, la tercera y última entrega de COMPRO, pero de momento vayan tomando nota de lo que afirma José Antonio Muñoz, presidente de la Asociación de Marketing Movil: “mucha gente, sobre todo en EE.UU., ha adoptado costumbre de antes de salir de compras, comprobar si hay descuentos cerca.”




Nuestros hábitos de compra hace tiempo que han cambiado. Desde el inicio del comercio electrónico, nuestros hábitos de compra han cambiado, obviamente, no para todos los productos. Empezamos a finales de los noventa siendo sensibles para comprar a través de Internet objetos que denomino de ‘no-riesgo’: libros, CDs, películas, etc… después fuimos subiendo el listón con aspectos un poco más mayores (eBay), apostamos incluso por prorrogar extensiones de búsqueda (ya no nos conformábamos con buscar el mejor precio entre por ejemplo, seguros de coches, sino que acabamos adquiriéndolo en la red) hasta llegar a realizar ciertas compras de envergadura. En este periodo, estos quince años de crecimiento, han servido para perder el miedo a la compra on-line, y aunque la banca todavía tiene un gran reto en cuanto a garantizar ciertas operaciones, o a innovar en dicha línea, el camino recorrido permite tener un escenario esperanzador.




Ahora nos encontramos con otra revolución donde la tarea difícil no se encuentra en la tecnología, que ya existe, sino en la divulgación, que es crítica. Queremos creer que hace tiempo que el teléfono móvil ha dejado de servir exclusivamente para realizar y recibir llamadas o enviar/recibir sms. Posiblemente hayamos avanzado en que el móvil también sirva para escuchar música o todo hay que decidir, gracias a Blackberry inicialmente, en que también sea utilizado de forma extendida para leer y enviar correos electrónicos. Pero de aquí a que sea una herramienta potente que nos acompañe en nuestras vidas y que tengamos una ‘absoluta dependencia de movilidad’ más allá de las llamadas, considero que todavía queda un largo recorrido para llegar a generar killer applications. Ni el estruendo movimiento iphone, ni que las redes sociales estén en boga, ni el amplio abanico de más de 300.000 Apps están acelerando el paso al ritmo que nos gustaría –soy el primero que me incluyo en este decepción-. Un ejemplo de esta afirmación la tenemos en un reciente análisis de usabilidad que ha terminado confirmando lo que sospechábamos: cada vez somos menos exigentes al descargar apps y apenas reparamos en ellas una vez en nuestro dispositivo. Según la firma Localytics se estima que un 26% de las aplicaciones descargadas son abiertas una sola vez.


Esta lenta evolución no nos debe impedir ver el horizonte y las posibilidades de combinar inicialmente la Realidad Aumentada con la geolocalización, al contrario, la madurez que necesitan vendrá dado por el lento crecimiento.



A este sugerente cocktail de la combinación de Geolocalización y Realidad Aumentada, creo que todavía le falta un ingrediente con el objetivo de que tenga un sabor intenso, explosivo, característico y diferencial. Ese ingrediente se llama compra colectiva online.




Traje a medida tejido Loro Piana por 99€, Masaje a elegir por 19€, Menú mediterráneo para 2 a 36€, Curso de inglés online al 92%, Tu reportaje de boda low-cost, cocina de autor por 25€, 10kg de Naranjas por 5€, Collar Swarovski por 49,9€ y así un largo etcétera de ofertas. Esta es la realidad y algunos ejemplos de la compra colectiva. La creciente confianza del público en Internet como medio de compra, la viralidad de las redes sociales, junto con la necesidad de ahorro en los momentos de crisis actual son los factores que han impulsado a los usuarios de la red a decantarse por esta nueva forma de comprar. El poder de ahorro que tiene la compra en grupo hace posible que el ocio deje de ser, en tiempos de crisis, un artículo de lujo, haciéndolo apto para todos los bolsillos.




Muchas compañías se han lanzado en la carrera por posicionarse en dicho concepto, incluso Google está preparando el lanzamiento de Google Offers, después de que Groupon rechazara ser comprada por 6 billones de dólares. Esta última compañía, empresa con su sede central en Chicago ofrece descuentos y ofertas diarias de negocios locales a 300 millones de usuarios repartidos en 500 mercados de 30 países. Otro dato de esta compañía: Groupon ha sido considerada por la revista FastCompany como la quinta empresa más innovadora del mundo.












Groupon, Letsbonus, Groupalia, Ooferton, Colectivia, etc.. Empieza a existir una cierta abundancia de compañías compitiendo. Desgraciadamente todas son reincidentes, hacen prácticamente lo mismo, a pesar de que la demanda va en aumento y el cliente empieza a necesitar precisión y personalización (ver Simplificador). Algunos están buscando especializarse, tanto en ofertas de productos tecnológicos, productos gourmets, o mirando de premiar de una forma más gratificante a la persona que recomienda.


La compra colectiva supone un método comercial que beneficia a todas las partes. Para el comerciante, permite obtener la garantía de un nivel mínimo de ventas. Por su parte el consumidor obtiene un considerable descuento en el precio. Nos encontramos ante un modelo de negocio con buenas perspectivas a largo plazo y que amplía el periodo de rebajas para el comprador durante todo el año.


Las ventas sociales son el presente, no el futuro. Groupon ha visto subir su ticket medio un 50% cuando las ventas son sociales. El desencadenante es que alguien me prescriba un producto.







Como dice la directora comercial de Facebook, te fías mucho más de tu madre o de tu amigo de la infancia que de cualquier celebrity o de la marca. Por eso la red social nos ayuda tanto: porque vemos al instante lo que nuestras personas de confianza nos recomiendan sobre un producto. Así que no descarten que en el futuro (¿futuro? He dicho futuro, quería decir ‘mañana’) en lugar de ir de tiendas por el centro de una gran capital, naveguemos por Facebook en busca de los mejores productos. Si nos dan mejores precios y debemos comprar al instante para no perder esa oferta ¿por qué no?.




  Veamos unos primeros ejemplos. Facebook lanzó a primeros de año en España un servicio que permite acceder a descuentos y ofertas de diferentes tiendas, marcas y empresas. Las primeras compañías que han apostado por esta forma de promocionar sus establecimientos son El Corte Inglés, BBVA, Starbucks, Sol Meliá, FC Barcelona y Clinique.




Este servicio lleva activo en Estados Unidos desde el pasado mes de noviembre, pero no ha sido hasta ahora cuando la compañía de Zuckerberg ha querido llevarlo a otros lugares. Italia, Alemania, Francia y Reino Unido completan la lista de sitios donde Ofertas podrá estar accesible desde cualquier smartphone.




Las diferentes firmas suscritas a este servicio intentarán captar clientela de una manera diferente. Por ejemplo, el BBVA donaba un euro a Haití cada vez que un consumidor declare que se encuentra en una oficina o un cajero de su red, Starbucks darán un café a quienes empleen la promoción.







Estamos en las puertas de que el denominado consumidor 3.0 (creo que el 2.0 ya es del pasado) exigirá algo más que buscar replicar modelos tradicionales de venta y publicidad convencional llevados a la red. El uso social de Internet hará que se redefinan las reglas en la relación cliente-proveedor y de cómo compramos, y aquí las redes sociales están incidiendo espectacularmente, y por este motivo, debemos pensar que no se puede comprar a un fan. Se le seduce, se le cautiva, se le intriga, se le atiende, SE LE MIMA. No se le interrumpe la película. Terminará comprando sin que haga falta venderle. El consumidor se ha vuelto social, pero las empresas nos siguen tratando como targets publicitarios –en un anuncio de un banner hace clic un 0,09%. En los de Facebook, hasta 30 veces más- La revolución 2.0 es imparable, y eso no lo va a solucionar fácilmente un blog o una página en Facebook. Vivimos en la economía de la atención (repito, ¿Conoce las diez necesidades básicas de sus clientes? Y las que tendrá mañana?). Un amigo capta mejor nuestra atención que un triste anuncio. Debemos trabajar para convertir a nuestros clientes en fans. ¿Qué considera que tiene Apple, clientes o fans?



La compra siempre ha estado muy unida a la seducción y diría que ahora más que nunca.



Ahora se trata de agitar el cocktail comentado, dejarlo reposar y ver su resultado.


martes, 5 de abril de 2011

COMPRO (PRIMERA PARTE)





COMPRO se dividirá en tres posts. Aunque los posts de INERCIA suelen tener una dimensión bastante larga, he preferido centrar la atención del lector en tres reflexiones por separado, con el objetivo de profundizar en cómo se verá alterada nuestra forma de comprar en los próximos años. Espero que disfruten.

EL ORIGEN

Esta semana se han cumplido 50 años desde que un ser humano salió por primera vez al espacio. El 12 de abril de 1961, el cosmonauta soviético Yuri Alexeievich Gagarin, fue el primer ser humano que viajó al espacio en la nave Vostok 1. Tan solo 4 años antes, el 4 de octubre de 1957, la Unión Soviética, puso en órbita desde el Cosmódromo de Baikonour, el primer satélite artificial de la humanidad, marcando con ello un antes y después de la carrera espacial. Su nombre, el Sputnik 1.

Parte de lo que vino a continuación ya lo conocen, así como los diferentes tipos de satélites que existen en la actualidad: armas antisatélite, satélites astronómicos, biosatélites, estaciones espaciales, satélites meteorológicos, satélites de comunicaciones, etc.

En este etcétera, también se integran los satélites de navegación, que utilizan señales para conocer la posición exacta del receptor en la tierra y que nacieron con claro objetivo militar. Este tipo de satélites, engloban el denominado Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS, en su acrónimo inglés). El GNSS es una constelación de satélites que transmite rangos de señales utilizados para el posicionamiento y localización en cualquier parte del globo terrestre, ya sea en tierra, mar o aire. Estos permiten determinar las coordenadas geográficas y la altitud de un punto dado como resultado de la recepción de señales provenientes de constelaciones de satélites artificiales de la Tierra para fines de navegación, transporte, geodésicos, hidrográficos, agrícolas, y otras actividades afines.

Un sistema de navegación basado en satélites artificiales puede proporcionar a los usuarios información sobre la posición y la hora (cuatro dimensiones) con una gran exactitud, en cualquier parte del mundo, las 24 horas del día y en todas las condiciones climatológicas.

En síntesis, el GNSS es un término general que comprende a todos los sistemas de navegación por satélites, los que ya han sido implementados (GPS, GLONASS) y los que están en desarrollo (Galileo).

Actualmente, el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) de los Estados Unidos de América y el Sistema Orbital Mundial de Navegación por Satélite (GLONASS) de la Federación Rusa son los únicos que forman parte del concepto GNSS. El GPS funciona mediante una red de 24 satélites en órbita sobre el globo, a 20.200 km, con trayectorias sincronizadas para cubrir toda la superficie de la Tierra.

En desarrollo se encuentra Galileo, que nace de la Unión Europea y la Agencia Espacial Europea. Ambas acordaron desarrollar un sistema de radionavegación por satélite de última generación y de alcance mundial propio, que brindara un servicio de ubicación en el espacio preciso y garantizado, bajo control civil. Galileo busca evitar la dependencia de los sistemas GPS y GLONASS. Comprende una constelación de 30 satélites divididos en tres órbitas circulares, a una altitud de aproximadamente 24.000 Km, que cubren toda la superficie del planeta. Éstos estarán apoyados por una red mundial de estaciones terrestres. El primer satélite fue lanzado el 28 de diciembre de 2005 y se espera que el sistema esté completamente operativo en 2014.

Y después de toda esta descripción galáctica y numérica, se preguntarán, ¿qué relación guarda con la palabra COMPRO? ¿Qué sentido tiene entrelazar a Yuri Alexeievich con el poder de compra?

Ruego esperen unos instantes a conocerlo.

Existen ciertas dudas de quién fue realmente el primer autor que hizo una representación ficticia conocida sobre un satélite. Curiosamente, no fue ni Julio Verne ni H.G. Wells, padres de la ciencia ficción. La duda está entre Konstantin Tsiolkovsky o Edward Everett Hale. Tsiolkovsky escribió en 1885 "Sueños de la Tierra y el Cielo", y describía cómo un satélite podía ser lanzado dentro de una órbita de poca altitud. Everett, escribió en 1869 el cuento The Brick Moon (‘la luna de ladrillos’) y hacia una descripción bastante semejante a la de Tsiolkovsky.

Entre ambas publicaciones estamos hablando de unos dieciséis años de diferencia, y también es extremadamente curioso y coincidente que en aproximadamente dicha etapa, en 1869, Julio Verne lanzó su novela "Alrededor de la Luna" ("Autour de la lune"). Era una novela del escritor francés que aparecía de manera seriada en el "Journal des débats politiques et littéraires" desde el 4 de noviembre hasta el 8 de diciembre de 1869, y de manera íntegra el 13 de enero de 1870. También fue publicada en un solo tomo con "De la Tierra a la Luna" el 16 de septiembre de 1872. Narra una historia que se describe con lujo de detalles las peripecias de los tres exploradores Barbican, Nichols y Ardan, que viajan a la Luna en una bala de cañón hueca, y cómo logran regresar a la Tierra.

Cien años después, dio a luz el primer sistema de navegación por satélites que llevaba por nombre Transit, un sistema desplegado por el ejército de Estados Unidos en los años 1960.

Desde entonces, hemos visto como los satélites de navegación nos traían al mundo real y a la ciudadanía un primer objeto singular, el GPS. Hasta hace unos años, era una herramienta perfecta para desplazarnos en coche de un lugar a otro evitando perdernos con asiduidad. Posteriormente, el GPS fue complementándose con no sólo la disposición de las carreteras o autopistas, también nos empezaba a indicar estaciones de servicio cercanas. Después prosiguió con Restaurantes cercanos a nuestro destino o al lugar dónde nos encontrábamos en ese momento, y posteriormente se agregaron servicios de hospitales, lugares de reposo, lugares turísticos, etc…

Inicialmente el GPS fue exclusivamente para algunos privilegiados o algunas marcas de vehículos Premium que ya lo llevaban integrado. Hoy el GPS es prácticamente gratuito, y ha provocado un cambio radical. Ya no en el vehículo, sino en nuestro móvil.

Una vez superadas las barreras del marco regulatorio y de los excesivos costes que comportaba a las operadoras y al usuario final, han dejado de existir fronteras a la imaginación. La geolocalización, nuestro primer elemento ha dado su pistoletazo de salida.

En un entorno móvil como el actual, aprovechar el valor de la ubicación geográfica se ha convertido en una herramienta clave para sacar rendimiento a información que puede ser de vital importancia tanto para las compañías como para el usuario-cliente. Las posibilidades de la geolocalización son muy diversas. Según el Instituto Cartográfico Nacional, el 80% de la actividad humana requiere conocer su posición sobre un mapa.

Las necesidades de los servicios de posicionamiento geográfico han dado lugar a una explosión de los lanzamientos de satélites a corto y medio plazo. En los próximos 10 años está previsto que se lancen unos 230 nuevos satélites comerciales al espacio.

Pero, ¿alterará mi forma de comprar? ¿Serán las redes sociales basadas en la localización el próximo gran fenómeno?

Sólo mencionaré una cosa, “si todavía está comprando en tiendas físicas, pagando por los precios que marcan las etiquetas, paseándose en busca de la prenda o objeto deseado por los bulliciosos centros comerciales, diría que o le gusta exhibirse y pasearse, o en la mayoría de casos puedo afirmar que está perdiendo dinero y tiempo”

viernes, 1 de abril de 2011

BÁSICO



Dicen que llevamos en crisis más de tres años, y que es posible que la recuperación empiece a estar en el horizonte –cerca no, perdón, quería decir cercano-. Aún así, pocos han aceptado la situación real. Dicen los expertos que posiblemente es hora de que empecemos a asumir que no queda nada por recuperar y mucho por afrontar. Cómo he reiterado en más de una vez y en distintos foros: hemos pasado de una economía financiera y de bonanza a una economía de supervivencia, y en esta ‘Nueva Economía’, debemos volver a ciertos orígenes que habíamos perdido. A pesar de su sencillez, todavía existe mucha gente que se resiste a admitir que corren nuevos tiempos, y por lo tanto, los imperativos no son los mismos que hace cuatro, tres o dos años.


No le voy a contar nada que no sepa, pero tal vez si que algún aspecto que haya olvidado. Tampoco voy a entrar en Ella, ya que en su momento ya tuve oportunidad de hacerlo. Simplemente centraré mi punto de vista en un recopilatorio de las impresiones que me he ido encontrando en estos últimos meses con gente de la calle, empresarios, directivos y algún ‘espécimen’ más. De entrada, le diré que ya no es momento de las ideas de gran envergadura, estamos volviendo a lo básico, a lo que los americanos están empezando a describir como ‘get back to the basics’. La propia definición de ‘básico’ que ofrece la Real Academia Española es muy contundente con el significado de lo que les estoy hablando: “fundamental. Perteneciente o relativo a la base o bases sobre que se sustenta algo, fundamental”. Dice fundamental, no extra, excesivo, mejor, simplemente fundamental, equivalente en esta caso a necesario.


Es necesario volver a los orígenes, a interpretar los aspectos de la vida en su puro sentido original y básico. El propio Ferrán Adrià, considerado por muchos el mejor cocinero del mundo ha dicho estos días que la tapa y el tapeo como concepto son "el último paso que queda, el futuro", y que significarán un fuerte empuje para el sector de la hostelería española y sus productos más típicos. Estamos hablando de la tapa, la combinación gastronómica por imperativo de la cuisine española. Incluso Adrià matizó: "El futuro son las tapas y la comida informal". No comentó que el futuro será el auge de la degustación creativa o la deconstrucción, dijo tapa, elemento básico.

En esta línea, si se fijan, las propias vajillas han dejado de ser cuadradas, han vuelto a ser redondas. El pan, ha vuelto a tomar protagonismo en su versión original: artesanal y primando el tipo de harina de cereales, sal y agua, y cuidando las levaduras.

En la mayoría de productos alimenticios, la connotación ecológica de por ejemplo verduras o carnes está diferenciándose del resto de alimentos, aspectos que para nuestros padres o abuelos han sido siempre un derecho, no una excepción. Volvemos a lo básico.

La publicidad, ha vuelto en su mayoría a describir el producto, no tanto la sensación por el producto. En la moda, los colores básicos vuelven a triunfar. Volkswagen reedita ediciones y ediciones de su Golf -22 millones de unidades fabricadas-, etc…

Posteriormente a los momentos boyantes vividos, las aguas vuelven a su cauce, ya no puede coger la gran ola cualquiera, ni tan siquiera subirse encima de una tabla de surf, es un privilegio para muy pocos. Ahora, dicha tabla se ha convertido en un remo, y con un remo, ya sabe que toca hacer, remar y remar, eso sí, sabiendo hacia dónde se va. Posiblemente el error ha estado en comercializar muchas tablas de surf y vender a todos los compradores la posibilidad de que en corto espacio de tiempo podrían llegar a ser surfistas sin realizar ninguna clase previa, o incluso, vendérsela a aquel que ni tan siquiera tiene una playa cercana, ya no digo con fuertes vientos para practicar surf en perfectas condiciones.

Volvemos a los planteamientos que toda la vida han triunfado, estamos dejando de lado la experimentación y especulación. Zapatero a tus zapatos, que se dice. La diversificación prácticamente se ha acabado, volvemos a trabajar en lo que sabemos hacer y conocemos. En estos últimos años las personas físicas y jurídicas se han lanzado a introducirse en terrenos desconocidos que han acabado siendo pantanosos. Han confundido su ‘conocer’ con el ‘saber hacer’. En la época que valía todo, el ‘riesgo’ era premiado y recompensado, ahora es un término tabú. Dicha etapa vivida ha permitido al albañil ser constructor, al tendedero hostelero, al jornalero inversor, y así un sinfín de ejemplos.

El escenario para la improvisación es cada vez más reducido. El juego lo hemos dejado exclusivamente para la playstation, no para nuestras vidas. La inmediatez nos apreta, el futuro ya veremos con qué lo abordamos, ahora para muchos es lo de menos. La imaginación ha sido superada por la furia, y la revolución por la simple reivindicación. Estamos intentando vender a una sociedad intangibles (¡me incluyo!) cuando ahora más que nunca necesitan poder tocar algo para verdaderamente comprarlo. Volvemos a asumir lo complicado como lejano, lo sencillo como cercano. El pelotazo prácticamente ha desaparecido. El valor del esfuerzo y coraje vuelven a estar más presentes que nunca, sustituyendo desgraciadamente en muchos casos a la sonrisa o alegría. El propio concepto de la inversión ha cambiado radicalmente en pocos años, ya no existen los aficionados a la inversión, ha quedado en manos de los verdaderos expertos.


La competición por las escasas oportunidades que quedan es temible. Estamos en un mundo donde las pequeñas cosas son a las que nos debemos agarrar. Estamos en un país donde las pymes suponen más del 99 % de las actividades empresariales excluyendo agricultura y pesca. En España hay cerca de 7 pymes por cada cien habitantes. No estamos hablando de grandes multinacionales que mueven un país, lo hacen las compañías de uno, diez, veinte o cincuenta trabajadores, aquellos que miran las pequeñas cosas. Aquellos que buscan ideas aparentemente ‘sencillas’ que puedan incorporarse de forma ‘obvia’ a la actividad diaria.


El premio Nobel Daniel Kahnemman, junto con su colega Amos Tversky, revelaron la dimensión irracional humana, a en una época en que primaba el mito de la racionalidad y del hombre económico hiperracional. Kahnemann y Tversky comprobaron repetidamente que las personas reaccionaban con desproporcionada exageración ante pequeñas cosas, y que en cambio no reaccionaban adecuadamente cuando se trataba de algo importante.


La experiencia real y auténtica volverá a cobrar vida y a subir al podio a los verdaderos ganadores, no la intermitencia del falso saber de unos cuantos. En el camino se quedarán los maleantes de fachada atractiva pero de hueco enorme en su interior.


Repito, la necesidad de volver a los “principios básicos”. Su desencadenante ha sido la reacción a la totalmente evitable locura financiera que nos rodea, pero quizá también sea el resultado de una modesta reacción frente a esa super-extra exagerada expresión de que “absolutamente todo lo que sabemos de cualquier cosa ha cambiado”. ¿Verdaderamente lo cree así?


El aspecto que no ha cambiado es que el aprendizaje ya no forma parte de un momento de nuestras vidas, es nuestra vida, y eso nuestro subconsciente lo llevaba sabiendo antes de estos últimos cuatro años, pero posiblemente habíamos cerrados muchos libros haciendo alarde de supuestos, y si todavía tiene cerrado el libro, usted mismo.


Tom Friedman, columnista del New York Times, escribió: “De pequeño, mis padres me decían: ‘Acábate la comida, que en China se mueren de hambre”. A mí, ahora me gustaría decirles a mis hijas: “Acabad los deberes, que los chinos vienen a por vuestros puestos de trabajo.” Esté donde esté, en finanzas, ingeniería o en el servicio de un bar…, vale la pena repetir esta ‘sencilla’ y ‘básica’ lección que mi amigo Tom Peters reitera:


¡Lea más que ellos!

¿A los 27?

¡Estudie!

¿A los 47?

¡Estudie!

¿A los 67?

¡Estudie!


¡Estudie!

(¡Y luego siga estudiando!)


Para finalizar, simplemente recordarle que aunque se están desempolvando del trastero las fórmulas que han triunfado con anterioridad, debe recordar que no se puede utilizar un mapa viejo para encontrar nuevas carreteras.


“El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona,” Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.

lunes, 14 de marzo de 2011

TEMPUS









Soy un férreo lector de La Vanguardia. Admito que dejé mi mono ‘vanguardista’ durante unos años, proveniente de una decepción, o mejor dicho, una chiquillada. Todo vino al ver cómo destinaban en la portada un gran espacio a una fotografía de la reina Sofía tropezándose al bajar del ave, creo que recordar hacia el 1992. Consideré por aquel entonces que cómo era posible ceder protagonismo a un hecho tan irrelevante con la enorme cantidad de noticias mucho más trascendentales de dicho día, y si al menos hubieran jugado con la metáfora de que 'la monarquía se tambalea', pero no fue precisamente el caso. En fin, después, logré reconciliarme con ella y comprender que era una guerra perdida.

Al igual que muchos otros medios de comunicación, entre semana realizo una lectura virtual del diario, mientras que los fines de semana me gusta disfrutar de su versión en papel, a pesar de que muchas veces me acompañe todo el día de arriba para abajo hasta llegar la noche donde puedo disfrutar de ella con cierta tranquilidad, a pesar de que las noticias ya sean caducas.

En su versión digital, al igual que la de otros medios, suelo acceder dos o tres veces al día para ver las novedades o noticias, es algo que llevo haciendo tiempo por defecto, sea en el portátil o en la reducidísima pantalla de mi móvil –perdón, Smartphone-. Es como si pensara que alguna de las noticias que leeré afectará en mi destino. Muchas veces me quedo sorprendido y sobretodo en este último año, de cómo al encontrar alguna noticia de última hora, sin llegar a ser del todo relevante y que debe llevar unos diez minutos expuesta, ya existen unos treinta o cuarenta comentarios, algunas veces llegando hasta los cien. Tenemos de todo tipo, constructivos, ‘asesinos’, pedagógicos, reivindicativos, pasotas o hasta aquellos que comentan de todo menos algo relacionado con la propia noticia.



Ante este continuo asombro me pregunto tres aspectos:



- El primero, de dónde saca la gente tiempo para opinar, por muy breve que sea el comentario.
- El segundo, y aunque pueda parecer contradictorio con mi profesión, para qué lo hacen. ¿Para ver su sello impreso en una pantalla de 17”?


- Y por último, cómo lo pueden hacer tan rápido nada más publicar la noticia. ¿están revisando constantemente todas las noticias del diario para ver en qué pueden opinar?



Con respecto al primero, tengo un gran amigo con un enorme poder para el sentido común, que dice que si he notado el aumento es debido a la cantidad de gente que está en el paro, y consecuentemente disponen de mucho tiempo libre. Admito que puede ser una de las posibilidades.



Con respecto al segundo, y respetando que cada uno puede hacer lo que desee con su tiempo, -muchos se pueden preguntar por qué escribo por ejemplo-, me sucede lo mismo. ¿qué nos lleva a opinar, si es que verdaderamente opinamos? Algo semejante me sucede cuando observo a comentaristas televisivos que proponen una encuesta a través de sus cuentas en Facebook por ejemplo o en la web del medio de comunicación. El pasado miércoles viendo un partido de la Champions League me preguntaba cuanta gente respondía ante la pregunta que lanzó el comentarista solicitando si una jugada en cuestión había o no sido penalti. Posteriormente observas el resultado, y te preguntas qué sentido tiene real. ¿Qué te condiciona observar la respuesta?



Y en referencia al tercero, y más allá de que puedan recibir avisos en su móviles o alertas en sus correos electrónicos, continuo sin encontrarle sentido –a excepción del Twitter que reciben los tweets inmediatamente-.



Lo mismo que sucede con los comentarios de las noticias de La Vanguardia, me sucede precisamente con Twitter. ¿Por qué opinamos en Twitter? ¿Qué nos hace tener el necesario impulso de opinar? A pesar de considerarme tecnócrata, todavía me quedo perplejo y mi asombro va en aumento. Ya no solo por ver que hacen cinco millones de ‘followers’ siguiendo a Justin Bieber -El día que se cortó el pelo perdió 80.000 seguidores-, o que el adolescente disponga de servidores dedicados exclusivamente a él en la sede de Twitter, sino en otros ejemplos como el teóricamente desprestigiado Charlie Sheen. Justo después de que los estudios Warner Bros. anunciaran el despido inmediato del actor como protagonista de la telecomedia Two and a Half Men (Dos Hombres y Medio) por encontrarse "enfermo" y por sus insultos a ejecutivos que demuestran su "depravación moral", el actor decidió iniciarse en el mundo del microblogging abriendo una cuenta en Twitter y consiguió que un millón de usuarios le siguieran en la red en tan solo 25 horas, convirtiéndose en el usuario de Twitter más rápido en conseguir seguidores, superando a otras 'celebrities' como Ashton Kutcher o Lady Gaga. Según el New York times desde este miércoles, Sheen ya cuenta con 2.400.000 seguidores. Me pregunto de si con Twitter ha nacido un nuevo paradigma de liderazgo y de por ejemplo, que hubiera hecho con él un Martin Luther King.



Como dice Delia Rodriguez, “Twitter se ha convertido en una poderosísima red social, protagonista tanto en las revueltas árabes como en el ascenso y caída de personajes famosos. Desde su puesta en marcha, prácticamente todas las grandes noticias han saltado primero en Twitter. Su secreto es volverse imprescindible para sus usuarios. “

Usuarios y medios están aún aprendiendo que Twitter es un polvorín donde se mezclan lo público y lo privado, donde verdad y mentira vuelan a la misma altura. Las reputaciones se construyen o se destrozan con rapidez. El humor, una parte muy importante de la experiencia tuitera, corre muchos riesgos de ser malentendido al transportarse a un titular. Alejandro Sanz , el español más seguido de Twitter con más de 1,7 millones de followers, mantiene una postura sobre las descargas muy impopular, que a menudo le lleva a enzarzarse en discusiones con los usuarios.

Antes de entrar en el verdadero sentido del post que escribo, de si comunicamos o deseamos opinar para sentirnos seres humanos, continuemos hablando un poco de las cifras de Twitter y de cómo su crecimiento podemos considerarlo con la expresión americana de WOW!.



En el año 2007 eran 5.000 tweets diarios. En el año 2008 fueron ya 300.000, en el año 2009 2,5 millones por día, y hoy en día la friolera de 50 millones de tweets y 600 tweets por segundo. En el año 2009 crecieron un 1.400% los tweets. Curiosamente España es el tercer país que más tuitea, con dos millones de usuarios directos, es el país europeo donde más crece Twitter.




En cuanto al uso que se realiza, un estudio realizado por Pear Analytics en el 2009 muestra que el contenido que circula en Twitter es en un 3,6% noticias, un 3,7% Spam, un 5,8% Autopromoción, un 8,7% mensajes repetidos, un 37,5% controversial y un 40,5% palabras sin sentido.



Estos datos contrastan con las conclusiones de otro estudio elaborado por Madrid Network, dirigido por Storm y titulado I Estudio twitter como generador y difusor de innovación.



El informe analiza los datos recogidos sobre una muestra de más de 1.000 usuarios de la red de microblogging. En primer lugar analiza el cambio en el perfil de usuario de twitter desde 2008 donde se concluye que la edad promedio ha pasado de los 28 años en 2008 a los 33 años en 2009. También se ha producido un incremento del número de mujeres que utilizan la aplicación con respecto al 2008 (22% vs 31%) y ha aumentado un 13% el número de usuarios que utilizan Twitter varias veces al día.



Si hablamos del uso que estos hacen de la aplicación, el estudio resalta que se han cuadruplicado los usuarios que hacen un uso estrictamente profesional (5% vs 21% en 2009), mientras que los que lo utilizan sólo por un interés personal ha caído a la mitad (50% vs 21%).



Los usuarios entrevistados dedican un promedio de 69 minutos diarios al uso de Twitter. El tiempo medio dedicado por las mujeres es significativamente superior al de los varones. La intensidad de uso es menor a medida que aumenta la edad.



El estudio también resalta que Twitter es un espacio que favorece la creatividad, donde las ideas y propuestas fluyen. El 46% de los usuarios, utiliza twitter para comunicar ideas o reflexiones, y lo que es más importante, más de 86% de los usuarios retuitea las actualizaciones de sus contactos, lo que favorece la circulación de ideas.



Más allá de manifestar los encuestados que a menudo realizan un uso para comunicar noticias, comunicar cosas que descubren navegando o para compartir links de webs interesantes, también muestran otros uso como Compartir estado de ánimo, sondear la opinión de sus contactos o compartir experiencias de consumo.



EL VACÍO DE LA OPINIÓN



¿Estamos hablando de ego o de la imperiosa necesidad de comunicar y transmitir a nuestra red lo que pensamos u observamos? ¿Qué buscan por ejemplo, los 1,7 millones de seguidores de Alejandro Sanz? ¿Morbo? Con estas reflexiones no vengo a decir ni mucho menos que esté en contra de Twitter, al contrario, lo considero una plataforma sumamente potente en su versión profesional y como un espacio de difusión e intercambio de conocimiento. Extraordinaria para mantenerse al día de lo que sucede en internet y para compartir noticias o links interesantes, además, ojo a aquel que no esté puesto en Twitter, ya que es y será toda una revolución. Ahora bien, si entramos muchas veces en su plano más personal, evalúo la dimensión y reflexión de si a la gente le gusta estar constantemente observada, o si tenemos la necesidad de tener seguidores o si por el contrario, se tiene una gran necesidad por comunicar su actividad.



Estoy en Twitter (@mcroblesza)y sigo exclusivamente a cinco personas, que por una razón u otra considero que aportan valor en sus recomendaciones, conclusiones o afirmaciones. Igualmente también estoy en otras redes sociales, especialmente alguna de uso profesional. En una de estas, pude observar como uno de mis contactos, profesor reconocido, iba realizando tweets de ‘gran importancia’: ‘Me levanto’, ‘ahora entro en el gimnasio’, ‘hoy he tenido un día feliz’, ‘me espera un duro día de trabajo’. ¿Por qué lo hace? ¿Para querer sentirse observado? ¿Piensa que es un elemento trascendental para sus followers conocer cuándo se mete en la ducha? Me pregunto y con todo el respeto del mundo, si se habrá comprado una carcasa anti-mojado para su móvil para así ir describiendo los procesos mientras se ducha: “ahora me pongo el champú” etc.… ¿Confundimos comunicar con vomitar palabras que no llegan a ser ni expresiones?



Vale, de acuerdo, todos necesitamos ser escuchados. Posiblemente Twitter sea un medio para conseguir expresarnos y recibir respuestas rápidas, pero ante el difícil reto de pensar que en la sociedad de la información construiremos riqueza del saber, prefiero quedarme con la función humorística y sarcástica de Twitter, que en estos tiempos de crisis no vienen nada mal.



Todo y así, me reitero en mi reflexión de si parte de la sociedad actual dispone de demasiado tiempo libre, y de si parte de ese vacío, lo tenemos que ocupar con banalidades impulsivas y que no requieren mucho pensamiento o reflexión -140 caracteres por ejemplo-, bien sea a través de Twitter, cualquier periódico online o nuevos medios o soportes que aparecerán en los próximos años y que no somos capaces de imaginar en la actualidad –así a voz de pronto, me imagino unas lentillas que enviarán por radiofrecuencia a nuestra red de contactos aquello en imágines que nuestros ojos observan y que queremos transmitir, como un buen restaurante, un texto de un libro o una tienda cool que hemos descubierto-.

También es posible, que en los próximos años, cambiará lo que entendemos por Curriculum Vitae. Hasta ahora, describíamos cuáles eran nuestras habilidades, en qué habíamos trabajado y qué puestos de trabajo habíamos cubierto –nunca mejor dicho-. Tal vez, en un futuro cercano, además, habrá que agregar -o la propia compañía que nos entreviste ya tendrá a su disposición-, en qué hemos intervenido, en qué foros, cuantas opiniones hemos realizado en Twitter, cuantas preguntas hemos formulado o respondido, o cuantos debates hemos propuesto en Linked-in. Por el contrario, diría que también valorarán qué hemos realizado en Facebook, qué perfil de fotos hemos colgado (bebiendo, riendo, durmiendo, jugando, gritando, etc…) y con quién tratamos, a pesar de sobrepasar las leyes de la privacidad. Este es nuestro futuro cercano, y los primeros filósofos, los griegos presocráticos, que pronto advirtieron que el mundo, o fysis, es una realidad diversa (sustancia) que se halla en continua y perpetua transformación, lo que de alguna forma ya prefigura los modernos conceptos de espacio y tiempo. En ellos es donde nos toca vivir.









“Aunque la verdad de los hechos resplandezca, siempre se batirán los hombres en la trinchera sutil de las interpretaciones.” Gregorio Marañon (1887-1960) Médico y escritor español.

domingo, 6 de marzo de 2011

SIMPLIFICADOR





En mi anterior post, titulado 2030, comentaba el pronóstico que nos suscitaba Ray Kurzweil y su visión del transhumanismo. Si nos paramos en este mismo año, en el 2030, La Association of Professional Futurists realizó un estudio para observar cuáles serían las profesiones más demandadas y con mayor futuro (ya saben, para aquellos que tengan menos de 48 años vayan tomando nota). La Association of Professional Futurists es un grupo conformado por 20.000 profesionales de todo el mundo, siendo la mayoría de ellos especialistas en alguna disciplina científica o técnica. Esta asociación trabaja conjuntamente para detectar tendencias mundiales del futuro.



Justamente, el resultado del estudio realizado por Fast Future corresponde a la elección de 486 miembros de la mencionada APF, quienes respondiendo a una votación eligieron 20 nuevas profesiones que actualmente no existen, y que serían las más demandadas del futuro.


Para dicho resultado se han tenido en cuenta previsiones demográficas y climáticas para 2030; un aumento de 8.300 millones de personas en el mundo; una demanda de alimentos en aumento; una crecida del 30% de la demanda del agua; un mundo liderado por China e India; televisión 3D y tecnología cada vez más presentes en nuestras vidas, etc.



La previsión no sólo se centró en el 2030, también se hizo para el 2020 y 2015. A continuación detallo los resultados, ruego no pierdan detalle, algunas no tienen desperdicio:



NUEVAS PROFESIONES DEMANDADAS EN EL 2030


  • Cirujano de aumento de memoria: medicina, ingeniería informática, biomedicina, biotecnología

  • Ejecutor de cuarentenas: medicina, biomedicina, epidemiología

NUEVAS PROFESIONES DEMANDADAS EN EL 2015


  • Pharmer (mezcla de granjero y farmacéutico): ingeniería agrónoma, farmacia, ingeniería genética

  • Experto en ética científica: filosofía, toda clase de carreras científicas

  • Pilotos, arquitectos y guías turísticos… espaciales: arquitectura, ingeniería aeronáutica, turismo

  • Granjero vertical: ingeniería agrónoma

  • Especialista en reversión del cambio climático: ingeniería medioambiental

  • Profesor virtual: ciencias de la educación

  • Organizador virtual: biblioteconomía y documentación, administración de empresas

  • Ayudante de networking en redes sociales: educación social, trabajo social, relaciones públicas

En otra investigación, en este caso de la Universidad de Oxford, a través de la School of Social Sciences y con la visión puesta de una forma más cortoplacista, nos muestran, diferenciando por categorías, algunas actividades profesionales que pueden definir las nuevas vacantes en un futuro inmediato:


PROFESIONES DE NEGOCIOS Y RECURSOS HUMANOS


- Broker del talento: Administrará y venderá talento. Este profesional identificará las capacidades adquiridas por los trabajadores y las comercializará en organizaciones a escala global.

- Collective Intelligence Office: Será responsable de gestionar el conocimiento de la organización, y el encargado de potenciar y maximizar al capital humano y sus competencias.

- Gerente de Bienestar: Será un directivo especializado en proveer e implementar planes de beneficios para mejorar la salud laboral y el equilibrio de trabajo/vida personal de los miembros de una organización.

- Agility Consultant: Será un consultor de simplicidad y agilidad en los negocios. Ayudará a las organizaciones a racionalizar los procesos, la tecnología, sus estrategias y las herramientas de marketing.


PROFESIONALES DE ECOLOGÍA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL

- Sustainability Manager: Será el director encargado de velar por las buenas prácticas de la compañía en relación al cuidado del medioambiente y los vínculos con gobiernos y comunidades.

- Recicladores Ambientales: La necesidad de preservar recursos naturales impulsará la aparición de nuevos especialistas del reciclado. Éstos se encargarán de reconvertir los residuos tóxicos en materias primas para la producción o en nuevas fuentes de energía no contaminantes.

- Data Ecologist: Brindará datos a organizaciones públicas y privadas sobre la evolución de indicadores ecológicos y ambientales.


PROFESIONES MÉDICAS Y CIENTÍFICAS

- Bioinformático: Será un especialista en biotecnología e informática que trabajará en el desarrollo de tratamientos médicos.

- Geomicrobiólogo: Tendrá formación en geología, ciencias ambientales y microbiología, para trabajar en la creación de microorganismos que ayuden en las técnicas médicas del futuro y en la eliminación de la polución.

- Nanomédico: Serán médicos con formación en nanotecnología, para el desarrollo y operación de dispositivos para el cuidado de la salud.

AGRONEGOCIOS

- Productor de alimentos orgánicos: Empresario y agricultor que dominará tanto las técnicas genéticas como las comerciales. Este perfil surgirá por la alta demanda de productos ecológicos.

- Tecnoagricultores: Utilizarán robots para el sembrado, el tratamiento químico y la recolección de los cultivos. Emplearán equipos de riego inteligente que adecuarán la humedad a las necesidades de los vegetales y dispondrán de computadoras conectadas a grandes redes de información agrícola.

- Acuicultores: Manejarán "plantaciones sumergidas", donde cultivarán y criarán distintas especies de animales y vegetales para el consumo. Serán especialistas en biología marina y genética. Actualmente, ya trabajan con moluscos y algas en recintos controlados.

PROFESIONES DE TECNOLOGÍA Y ENTRETENIMIENTOS

- Diseñador de videojuegos: Los videojuegos ya son una de las industrias más poderosas del mundo del entretenimiento, con ventas por 10.000 millones de dólares anuales sólo en los Estados Unidos. Y esta tendencia seguirá firme, creando miles de empleos de diseñadores.

- Conectadores: Serán especialistas en empalmar fibras ópticas.

- Telecomunicólogos: Serán los especialistas que gestionarán la interconexión masiva de computadoras y sistemas electrónicos a través de redes de telecomunicaciones como Internet. En esta profesión habrá tanto técnicos como creativos.

- Holografistas: Especialistas en la creación de animaciones y espectáculos mediante la holografía, que permite crear objetos y escenarios tridimensionales, gracias a la técnica del láser.

Contemplando este gran abanico de posibilidades derivadas de las dos investigaciones, y que creo que la posible opinión generalizada merece un post dedicado a ello, me gustaría centrarme parcialmente en una, en la denominada Agility Consultant. Su description job, “será un consultor de simplicidad y agilidad en los negocios. Ayudará a las organizaciones a racionalizar los procesos, la tecnología, sus estrategias y las herramientas de marketing,” me recuerda a la profesión mencionada por el gurú Tom Peters en su libro The Little Big Things, JOS: Jefe Oficial de Simplificación.

Permitiéndome hacer una versión de este último, y por no centrarlo exclusivamente en el ámbito de las organizaciones, lo acabaría denominando como la profesión de Simplicador, interpretándola como una profesión de futuro de absoluta inmediatez.

El Simplificador

Como su nombre dice, su labor es hacer las cosas más simples, no confundir con realizar las cosas simples o que por el contrario, que requieren sentido común. ¿Qué entiendo como simplificador? Aquel que precisamente tendrá la función de ‘simplificar la información’ que recibamos y nos ayude a decidir. Aquel que se dedique más allá de los anhelos de la tecnología a filtrar qué información es relevante para nosotros, que nos ayuda en el ‘qué leer para decidir o para disfrutar’. Aquel que conociendo nuestras inquietudes o retos, nos sintetizará la información, y no me estoy refiriendo a que realice dicha información para las empresas, me refiero a título consumidor final – ¿como freelance tal vez?- y que sirva para nuestro desarrollo profesional o personal. Será aquel que cada día buscará cual sería la información que necesitemos, y es que, ante el mercado actual de la sobreabundancia de información, no dispondremos ni del tiempo, ni de los recursos suficientes para tener la información adecuada en el momento adecuado. Estamos hablando de documentalistas transformados con una vocación y orientación personal. Estaríamos hablando de un Information Shopper –por seguir el hilo del Personal Shopper, que observo que no entra en los planes ni de la Association of Professional Futurists, ni de la Universidad de Oxford-.


La reflexión de esta nueva figura viene derivada de que hoy en día nos deberíamos hacer la pregunta de si disponemos de demasiada información. Bueno, más que pregunta es una realidad. El círculo vicioso de la superabundancia de la información está haciendo que corramos el riesgo de acabar perdidos como niños pequeños en el parque de atracciones de la información, donde cada vez más gente está más conectada a más contenidos y les resulta más difícil lidiar con ellos.


Según una encuesta fiable, el 28 por ciento de cada día de trabajo se pierde debido a exceso de información. Pero aún más profunda que esa es la sensación de que toda la información del mundo no puede ayudarnos a encontrar sentido a la propia información. Tenemos más y más formas de comunicarnos, al parecer, y cada vez menos que decir.


Frente este exceso de información, el proceso de informarse cada vez irá tomando más relevancia, así como la necesidad por desarrollar algunos instrumentos que nos permitan informarnos mejor. Con exceso o no, la pregunta recae en si efectivamente somos nosotros los que no somos capaces de manejar toda la información que nos llega. La inercia de leer la información, pero no de interpretarla. Nos hemos convertido en mercenarios del leer, pero difícilmente de razonar la lectura que hacemos, estamos volviendo a nuestra infancia, donde sí leíamos pero no razonábamos. Como decía en mi post de Entretenme, estamos convirtiéndonos en seres más eficientes procesando información pero menos capaces para profundizar en esa información.


Según Pico Yer, ensayista y novelista británico, “nadie puede negar que la tecnología ha expandido infinitamente nuestras posibilidades. Pero cada vez más gente se está preguntando por qué estas herramientas de conexión nos están dejando tan agotados, desconectados y solos. Sólo alejándonos de nuestras máquinas, después de todo, podremos empezar a ver cómo hacer mejor uso de ellas. La tecnología nos ha dado el mundo; a nosotros corresponde ver lo que podemos aportar y aportaremos a la tecnología”.


Este agotamiento, viene condicionado también por la ansiedad que nos genera la imperiosa necesidad de estar informado, de estar al día, empezándose a producir los primeros casos de trastornos psicológicos. Y es que por ejemplo, Facebook y Twitter provocan estrés, según los británicos. Una encuesta realizada a 2.243 personas por la consultora The Foundation, durante el pasado mes de enero, en la que el 43% de los encuestados considera que las redes sociales “hacen perder el tiempo” y el 56% declara que son “irritantes”.


Y es que la información ya nos viene de muchas formas y miles y miles de fuentes: estructurada, como podrían ser los artículos, capítulos de libros, columnas de periódicos, etc… y desestructurada, a través de Twitter, Facebook y otras redes sociales o emails.


¿Demasiada información?


En un estudio realizado en Berkeley en el 2005, quizá considerado el primer estudio serio y riguroso que intentó llegar a una cifra sobre la cantidad de información que se produce anualmente en el mundo, se llegó a esta cantidad 2 hexabytes por año, 2 x 1018 por año; esta cantidad se produce en cualquier formato, es decir, aquí están incluidas las películas, los vídeos, los papeles que se hacen en las oficinas; están incluidos los libros, todo lo que representan contenidos realizados por una persona o por una máquina, por ejemplo aquí también están incluidos los datos recogidos por satélites meteorológicos, etc. Puede parecer que es poco, pero es una cantidad extraordinaria. 2 hexabytes al año es una cantidad impresionante, si la comparamos con los átomos que hay en el universo podríamos darnos cuenta de que estamos ante una cantidad muy importante.


Por tanto tenemos un punto de partida y tenemos una sociedad que está generando una cantidad de información como nunca había generado. Un ciudadano norteamericano tenía en los años 60, acceso a unas 18 estaciones de radio, 4 canales de televisión, 4.500 títulos de revistas. En el otro lado, en el 2005 –imagínense ahora, seis años después- el equivalente, 18.000 títulos de revistas, 20 millones de sitios en Internet, 2.400 millones de estaciones de radio en Internet.


Enfrentarse a millones de documentos, seleccionados a través de una cuidadosa selección de de palabras clave, descargados desde nuestro buscador o buscadores favoritos, hoy se ha hecho posible gracias al desarrollo masivo de decenas y decenas de software especifico para cada necesidad que nos permiten clasificar, relacionar, cualificar, resumir, etc., antes siquiera de enfrentarnos a la ardua tarea de leer.



Criminólogos, médicos, economistas, ingenieros, químicos, forenses, entre otros, ya saben los resultados de apoyarse en sus investigaciones con software para explorar de forma automática determinados temas. Por ejemplo podemos ver como un equipo de investigación europeo ha desarrollado un nuevo software que detecta rápidamente lo que el científico está buscando y lo utiliza para realizar complejos experimentos de microscopía de manera automática. Tan sólo necesita un pequeño entrenamiento para poder ejecutar el trabajo de todo un equipo de analistas en mucho menos tiempo. Esta nueva aportación reduce en miles de horas el tiempo dedicado a buscar con el microscopio la información, además de lograr una precisión milimétrica a la hora de relacionar comportamientos de las células, imposible de conseguir con el ojo humano.



A pesar de dichas investigaciones, progresos y nuevos desarrollo de software, o del avance de la disciplina a la que denominamos “Inteligencia o Vigilancia Competitiva”, nos continúa costando diferenciar el ‘ruido’ y la basura del saber.


La nueva interpretación del poder de la elección


Pero, ¿verdaderamente la información es poder? Siempre lo ha sido y siempre lo será, pero no tanto el tenerla, sino como he mencionado, el interpretarla y saberla utilizar.


La información es fuente de poder para el individuo, el propio Internet ha desarrollado la capacidad del consumidor para elegir por sí mismo entre múltiples opciones. Desde tiempos antiguos, tener la información justa en el momento oportuno ha significado ‘poder’ y solamente las personas o grupos de personas (nobles, iglesia, y más adelante, empresarios, gobiernos) que se podían permitir financiar ese intercambio de información disfrutaron de ese privilegio.


Es solamente a partir del final del siglo XIX, principios del XX, con la democratización de los medios de comunicación, como las cartas, el telégrafo, y el teléfono, que se fueron armonizando las infraestructuras que dieron lugar a una educación uniforme y global, y a un mejor movimiento de las mercancías y personas.


También el nivel de educación medio fue subiendo a lo largo de los siglos, permitiendo a la sociedad crecer en el plano económico, pero también en ‘agilidad intelectual’.


En esos últimos años, con el nacimiento de Internet, hemos visto disminuir drásticamente el periodo de latencia de la información (el tiempo que transcurre entre la necesidad expresada y su ‘realización’), permitiéndonos alcanzar nuevos niveles de capacidad individual.


En paralelo, hemos notado en las sociedades que más utilizan esas tecnologías, que las estructuras basadas en información privilegiada fueron perdiendo poder, en beneficio del individuo que, educándose con la información liberada, tenía a su alcance medios o servicios que anteriormente le hubieran costado mucho más, tanto en términos financieros como de oportunidad.


Debido a la mayor circulación de la información y a su disponibilidad inmediata, sumada a la educación global de la sociedad, experimentamos en estos años la última evolución de este modelo: una mayor libertad del individuo para tomar decisiones con responsabilidad que le permite expresar su diferencia a través de sus elecciones racionalizadas por la información oportuna.


Pero, esta libertad en la elección, ¿qué consecuencias e inconvenientes está generando?


Pongamos un ejemplo. A diferencia de hace unos quince años, ahora podemos decir que estamos en mercado saturado. Según una estimación, la cantidad de los diferentes tipos de productos y servicios disponibles que hoy se pueden adquirir en el mercado internacional asciende a unos 1010 artículos, lo que supone aproximadamente unos diez billones de productos diferentes que se pueden comprar, de antibióticos a objetivos fotográficos, pasando por servicios de contabilidad y lecturas del horóscopo.


Por lo tanto, la denominada democratización de la información y la posibilidad de que el individuo tenga la oportunidad de hacer sus propias elecciones a la hora de comprar, por ejemplo unas gafas, es cierto, pero el grado de complejidad y de que esté realizando la elección correcta en un tiempo relativamente óptimo no tanto. Estamos hablando de que los motores de búsqueda especializados de Internet, no pueden actualmente llegar a la cobertura de todos los productos de una misma categoría, interpretando así, que el beneficio teórico del poder de decidir, se sustentaría si lo hiciéramos en un tiempo record, aspecto que no es así. La verdadera subversión del consumo consiste en pensarse bien cada compra.


Siguiendo con el ejemplo de las gafas, inicialmente podríamos pensar que gracias a su esfuerzo de documentarse sobre el tema y al tiempo dedicado a la selección, el individuo disminuye en su propio beneficio el importe pagado para un mismo producto/servicio (en este caso, dos veces menos que en una óptica), pero ¿y el coste de oportunidad utilizado?, me refiero que si hemos invertido dos horas y media en la elección de las gafas, que implica la elección de la montura, así como de las diferentes opciones de sus lentes, y teniendo la suerte de disponer a nuestra disposición de una información relativamente adecuada, ¿qué más podríamos haber realizado en dicho periodo de tiempo? En este caso, ¿Cuánto tiempo nos hubiera supuesto realizarlo en una óptica aún sin tener el modelo idóneo y que se ajusta cien por cien a la montura deseada? Cuarenta minutos tal vez. ¿Y el coste? Un 20% más caro, posiblemente.


De aquí y de este ejemplo, que otra de las funciones del Information Shopper o Simplificador, sea la de aquel que haría que nuestra elección y selección de compra sea más fácil. Según y conociendo nuestros patrones de gustos, que fuera una persona que nos enviara las tres opciones más idóneas de gafas –como el que dice viajes, entradas, ropa, experiencias, cambio de coche, etc…, comportando para nosotros una decisión de 5 minutos máximo, y un coste relativamente económico. Toda aquella elección que nos supusiera más de 2 minutos debería ser subcontratada al Information Shopper o Simplifier.


Creo que a estas alturas deberíamos empezar a tomar conciencia de ello, de que esta borrachera de información es el impacto abrumador de lo evidente.



“Pierde una hora por la mañana y la estarás buscando todo el día,” Richard Whately (1787-1863) Arzobispo anglicano y educador británico.